Imagina que estás en casa y quieres salir de viaje. Estás cansado de la ciudad y tienes claro que tu escapada será al campo…a disfrutar del aire libre. Hasta ahí bien…
Piensas en la cantidad de gente que quieres que te acompañe, sois muchos en tu familia o en tu grupo de amigos y has de encontrar un lugar en el que entréis todos y que no sea demasiado caro.
Por otro lado… los niños/as. Necesitas que sea un lugar en el que puedan sentirse en total libertad, que disfruten al máximo es una prioridad…Si pudieran realizar además actividades en la naturaleza, ¡sería genial!. Y un poco de cultura, siempre gusta ¿verdad?
Entonces, empiezas a buscar…
– ¡Nos alojaremos en un albergue!, pero no un albergue cualquiera. Buscaremos uno que ofrezca todas las comodidades que ofrece un hotel ¡pero recuerda!… el precio es un factor importante…
¿Tendrán comida casera? ¡Nos encanta disfrutar de un buen guiso!Sobre todo después de estar por ahí toda la mañana…
Y sigues buscando…
– ¿Qué actividades podrían gustarnos a todos?. Sería estupendo hacer una bonita ruta de senderismo o un paseo en bici. ¡También me encantaría poder pescar todos juntos!… Aún recuerdo cuando era niño y solía ir a pescar con mis padres..¡Qué pena que se estén perdiendo ciertas cosas!… Bueno, sigo buscando…¡Un paseo en barco! pero claro…¿No estaré pidiendo mucho?
¿Y si en vez de paseo en barco hacemos un descenso en piraguas?… Mmm creo que me estoy excediendo…nunca encontraré un lugar así…
Un parque cercano…ya sabemos que a los peques les gusta disfrutar de los columpios aunque sea un ratito mientras tomamos algo y hablamos con los vecinos del lugar…
Veo que está muy de moda esto de la orientación ¿Podrían ofrecerme algo así también?. Un museo etnográfico, una iglesia…pero ¡no busco una cualquiera! quisiera que fuera una algo especial, majestuosa…
¡Quiero disfrutar del paisaje, de las flores y los pájaros!…un lugar que sirva de refugio a una notable comunidad botánica y ornitológica…¿Me estaré volviendo loco?